martes, 31 de marzo de 2020

De pandemias y otros temas...


Dígame Usted, que ya tiene cierta edad, qué habría sido de todos nosotros, si esta pandemia hubiera acontecido allá a mediados de los ochenta.

Y doy por sentado que tiene cierta edad porque si usted fuera, por decirlo de alguna manera, ligeramente milenian, no estaría leyendo este blog, ni seguramente ningún otro blog, si no que estaría viendo el video de algún youtuber de esos tan famosos… para los milenians de hoy en día. Por desgracia, son pocos los jóvenes que le cogen el gusto a esto de escribir en un blog…

Imagínese por un momento, el panorama que supondría en aquella lustrosa época, estar encerrados en casa como estamos haciendo ahora, sin más entretenimiento que el que nos pudieran proporcionar libros, prensa escrita (si es que pudiéramos salir a comprarlo, porque no es artículo de primera necesidad), dos únicos canales de televisión más algún VHS que tuviéramos en casa, la radio, música, juegos de mesa… y pare usted de contar. Sí, bastante desalentador. Supongo que uno se amolda a lo que tiene, y es posible que, viviendo en aquella época y acostumbrados como estábamos a aquellos únicos entretenimientos, pudiéramos capear el temporal de una manera más que satisfactoria.

Pero ahora en la actualidad, las oportunidades de ocio hogareño, han crecido de manera exponencial gracias a la tecnología que tenemos en nuestras manos y, yo al menos, tengo dificultad en imaginarme como sería volver a estar sin dicha tecnología. Y si resulta complicado imaginárselo a alguien de mi edad, a nuestros hijos les sería completamente imposible, porque ellos no conocen la vida sin internet, sin móviles, sin videoconsolas y, en definitiva, sin la tecnología actual. Diferentes épocas, diferentes maneras de afrontarlas… los tiempos cambian a velocidad de vértigo y, a veces, los que tenemos cierta edad, nos quedamos atrás.

Los milenians tienen una habilidad innata para la tecnología de la que nosotros carecemos. Lo llevan en los genes. Recuerdo los rompederos de cabeza, que me ocasionó aprender a programar el grabador del primer video VHS que tuve. Tenía entonces la misma edad que tienen ahora mis hijos. Ellos, sin embargo, aún no tenían cinco años y ya sabían entrar en Youtube y ponerse vídeos. Ahora, con 15 primaveras, no podría explicar a ciencia cierta cuantas cosas son capaces de hacer tecnológicamente hablando…

En fin…, parafraseando a mi amigo Bugman “Pandemias eran las de antes…”




Pd.: Estoy casi totalmente convencido de que Donald Trump usa peluquín…





miércoles, 25 de marzo de 2020

Reto 5 Líneas. Marzo


Me reincorporo al Reto 5 líneas de Adella Brac, en su desafío de Marzo.



Este mes las palabras a utilizar son: Tramas, jamás y trampa.



      Jamás había sentido tal necesidad de contarlo todo. Hasta entonces, no se había planteado buscar un aliado para llevar a cabo su plan, hasta que ella le dijo: ¨no sé lo que tramas, pero si me lo explicas puedo ayudarte¨. Y su necesidad se desbordó, revelando su meticuloso plan con pelos y señales al futuro cómplice. En ningún momento sospechó, que sólo era una trampa que lo dejaría en evidencia ante sus enemigos.  





martes, 24 de marzo de 2020

Pueblo fantasma


En ocasiones, la realidad supera a la ficción.

Dígame usted, si no es éste un dicho muy recurrido, cada vez que algún acontecimiento inesperado irrumpe en nuestra vida, superando con creces al guión de cualquier película que describa algún acontecimiento similar.

La diferencia entre la realidad y la ficción, efectos especiales a parte, radica en el protagonismo, que le otorga mayor dramatismo a la realidad, donde somos los principales protagonistas, mientras que en la ficción, los protagonistas viven un drama que no nos afecta lo más mínimo. Dígame usted, si no llevamos ya 10 días protagonizando el guión de una película, que ya hemos visto con relativa indiferencia, varias veces en la pantalla…

Y ser protagonistas directos, provoca una serie de sensaciones a las que no estamos acostumbrados, miedo, ansiedad, pánico…  Cada cual, según su carácter y personalidad, sufrirá sus propias sensaciones y, como es lógico, yo sólo puedo hablar de las que ésta situación me está provocando. Pero sí creo que puedo afirmar, que todos estamos sintiendo una misma sensación: Incertidumbre.

Incertidumbre de no saber cómo va a terminar todo esto, cuánto va a durar, cómo será todo cuando haya terminado, quién seguirá aquí después de todo… Demasiadas incógnitas a despejar.

De momento, muchas calles desiertas, o con actividad muy reducida, es lo que podemos ver cuando nos asomamos a la ventana. Quizás en las ciudades haya más actividad peatonal, pero en los pueblos,  donde apenas existe el comercio, la actividad es prácticamente nula, y uno puede pasarse minutos y minutos en el porche de su casa, pensando que es el único superviviente, o sin saber distinguir si sigue viviendo en la Tierra o si ha sido tele transportado a Marte. Sí, supongo que las sensaciones que transmite vivir en un pueblo, son bastante diferentes a las percibidas por quien vive en una ciudad.

Yo, de momento, aparte de la sensación de incertidumbre, también tengo la sensación de vivir en un pueblo fantasma…





Pd.:  Una pandemia, es un motivo tan noble como otro cualquiera para volver a escribir…




jueves, 6 de junio de 2019

Reto 5 Líneas. Junio

Como siempre, inicio el mes de Junio Bloguero con el reto de Adella Brac.





Este mes las palabras a utilizar son:  Estrellas, interior y conducido.


             Paró el motor. Salió del coche y, tras encender un cigarro, apoyó sus posaderas sobre el capó. Había conducido durante horas, hasta bien entrada la noche, mientras buscaba en su interior, una respuesta que no encontró a su continua mala suerte. Ahora, resignado en aquel descampado, miró hacia el oscuro cielo y, exhalando el humo de sus pulmones, susurró a las estrellas: qué demonios, unos nacen con estrella… y otros estrellados.











miércoles, 29 de mayo de 2019

La Lobotomía.II




Hoy le voy a recomendar una lobotomía al señor Cayetano Martínez de Irujo. Bueno, igual me he excedido un poco. En lo de llamarle señor quiero decir.

El motivo…





No sé muy bien qué habrá impulsado a este personaje, a decir semejante tontería en los medios, para que llegue a los ciudadanos de a pie, ni tampoco en qué contexto lo habrá dicho. No me importa, porque no me puedo imaginar ningún contexto en el que esa declaración, pudiera llegar a estar moralmente justificada.

Si es difícil generar dinero viviendo en palacio, hacerlo trabajando honradamente, no sólo es más difícil, sino que es imposible. Así que, si lo que quería era darnos pena, lo va a conseguir, pero no porque le resulte difícil generar dinero en palacio, sino por su demostrada falta de intelecto. Claro que, es posible que la palabra trabajo no figure en su vocabulario, ni mucho menos el vocablo compuesto trabajo honrado.

Deberías saber que tú, y otros muchos más de tu misma calaña, gozáis desde vuestro nacimiento de unos privilegios otorgados porque sí, que os dan una posición de comodidad viviendo en palacio de la que nunca podremos disfrutar los ciudadanos de a pie, que más que pensar en generar dinero, lo único que podemos hacer es pensar en ahorrar para ser pobres y en preguntarnos por qué tú, y otros muchos más de tu misma calaña, necesitáis generar dinero, cuando no tenéis tiempo ni para gastar lo que ya tenéis…
  
Dígame usted si no es digno de una lobotomía, o incluso de dos en días alternos.







jueves, 16 de mayo de 2019

49





Y en este día, un único deseo... que mi familia siga aguantándome muchos años más. Dígame usted si no es un deseo más que suficiente.








martes, 14 de mayo de 2019

Situaciones


Un hombre entra en una cafetería. 

En un acto reflejo examina el interior de la misma guardando en su memoria todos los detalles que su mente le permite.  Dado que no es un ejemplar de mente brillante, los detalles que consigue procesar no son demasiados. Eso provoca que, no sólo esté a punto de caerse al no ver un escalón próximo a la puerta que acaba de cruzar, si no que algún metro más adelante, también se lleve por delante unas muletas que estaban apoyadas en una silla en posición diagonal. A pesar de todo, consigue llegar sin más contratiempos hasta el mostrador, donde permanece de pies porque no vio a tiempo la única banqueta libre…, que si vio una mujer que entró por la otra puerta existente del local…

La mujer también ha permanecido unos segundos plantada en la puerta tras y, a pesar de tener aún puestas las gafas de sol, tarda apenas cinco segundos en sortear todos los obstáculos que se interponen entre ella y la única banqueta libre al lado del mostrador. Ni siquiera ha necesitado mirar a su espalda para saber a ciencia cierta cuantos clientes han seguido su trasero con la vista, y sólo vuelve su cabeza para presenciar como aquel torpe se trastabillaba con la muleta apoyada en la silla en posición horizontal. Se sienta en la banqueta y pide un café mientras busca algo en el bolso. Le interrumpe la voz del hombre torpe pidiendo algo sin alcohol, y aunque en un principio no le presta demasiada atención, no puede evitar hacerlo al escuchar al camarero blasfemar por la falta de indecisión del cliente que no sabe qué bebida pedir, al mismo tiempo que le decía que él no era nadie para decidir qué debía beber un cliente…

El hombre está indeciso. Más aún con aquella espléndida mujer a escasos dos metros de su posición. En tan sólo unos segundos, la mujer había conseguido que su mente no fuera capaz de decidir entre una cerveza sin alcohol o una Coca Cola, así que pensó: “de perdidos al río”, y pidió un Martini. Giró 90 grados y se situó de frente a la mujer que le había descentrado, intentando aparentar seguridad en sí mismo… sin conseguirlo, porque al girarse tropezó el vaso recién servido, derramando su contenido sobre el mostrador… Más juramentos de boca del camarero y doble gasto para nuestro hombre.

Mientras añadía el azúcar al café, la mujer observa de reojo al hombre de su derecha que por fin se ha decidido por un Martini. Se percata de que se ha girado hacia ella y que ha tirado la bebida llegando a salpicar su rodilla desnuda. Coge una servilleta y la seca cuidadosamente mientras escucha un torpe y balbuceante “lo siento”. Ella levanta la vista y lo mira con una sonrisa indulgente. Se detiene a observarlo concienzudamente. Fija su vista en el entrecejo y la va bajando lentamente hasta llegar allá donde se unen las dos piernas. Vuelve a subir la vista pero a medio camino la vuelve a bajar, para detenerse en ese singular lugar, dibujando su cara una expresión de asombro…

A duras penas el hombre intenta reponerse del espantoso ridículo que acaba de soportar al tropezar su copa. Intenta disculparse con la mujer de su derecha, a quien ha salpicado la rodilla que tiene en medio de su interminable pierna. Comprueba aliviado que la mujer acepta sus disculpas mientras se seca con movimientos que simulan una caricia. Pierde su mirada entre los pliegues de la corta falda, pero entre aquellos macizos muslos no corre el aire y el hermetismo es total. Levanta la mirada y se percata de que la mujer le está mirando su entrepierna. Poco a poco, la observadora va levantando la vista, y nuestro hombre se prepara para un inminente encuentro de sus miradas, pero al llegar los ojos de ella a su pecho, bruscamente vuelven a descender hasta la entrepierna… El ve cómo se dibuja en su cara un gesto de asombro y orgulloso espera a que le mire a los ojos. Tras unos segundos interminables, ella levanta la vista y… él no puede aguantar la mirada. Tímidamente baja su mirada… para descubrir que llevaba la bragueta abierta.

Dígame usted si el significado de una mirada es o no relativo… y variable. A veces, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…