En ocasiones, la realidad supera a la ficción.
Dígame usted, si no es éste un dicho muy recurrido, cada vez
que algún acontecimiento inesperado irrumpe en nuestra vida, superando con
creces al guión de cualquier película que describa algún acontecimiento
similar.
La diferencia entre la realidad y la ficción, efectos
especiales a parte, radica en el protagonismo, que le otorga mayor dramatismo a
la realidad, donde somos los principales protagonistas, mientras que en la
ficción, los protagonistas viven un drama que no nos afecta lo más mínimo. Dígame
usted, si no llevamos ya 10 días protagonizando el guión de una película, que ya
hemos visto con relativa indiferencia, varias veces en la pantalla…
Y ser protagonistas directos, provoca una serie de
sensaciones a las que no estamos acostumbrados, miedo, ansiedad, pánico… Cada cual, según su carácter y personalidad,
sufrirá sus propias sensaciones y, como es lógico, yo sólo puedo hablar de las que
ésta situación me está provocando. Pero sí creo que puedo afirmar, que todos
estamos sintiendo una misma sensación: Incertidumbre.
Incertidumbre de no saber cómo va a terminar todo esto,
cuánto va a durar, cómo será todo cuando haya terminado, quién seguirá aquí
después de todo… Demasiadas incógnitas a despejar.
De momento, muchas calles desiertas, o con actividad muy
reducida, es lo que podemos ver cuando nos asomamos a la ventana. Quizás en las
ciudades haya más actividad peatonal, pero en los pueblos, donde apenas existe el comercio, la actividad
es prácticamente nula, y uno puede pasarse minutos y minutos en el porche de su
casa, pensando que es el único superviviente, o sin saber distinguir si sigue
viviendo en la Tierra o si ha sido tele transportado a Marte. Sí, supongo que
las sensaciones que transmite vivir en un pueblo, son bastante diferentes a las
percibidas por quien vive en una ciudad.
Yo, de momento, aparte de la sensación de incertidumbre,
también tengo la sensación de vivir en un pueblo fantasma…
Pd.: Una pandemia, es
un motivo tan noble como otro cualquiera para volver a escribir…
El pueblo fantasma dentro de poco se convertirá en un pueblo alegre y con sus gentes fuera de peligro , hoy toca quedarse en casa ..y sobrevivir a esta pandemia que nos ha tocado vivir ..Sin duda alguna todo pasa por algo y esto a pesar de ser triste y cruel no debemos olvidar en reflexionar que algo estamos haciendo mal ..Un saludo y cuidarse .
ResponderEliminarEso espero, que pase pronto y podamos volver a la normalidad. Y sí, algo debemos de estar haciendo mal, ahora nos queda aprender de los errores e intentar que no se repitan.
EliminarSaludos.
A USTED le digo, una ciudad fantasma, es uyyyy
ResponderEliminarANIMO no hay mal que cien años dure
Sí debe ser muy uyyyy. Esperemos que no llegue a tantos años...
EliminarSaludos.
No se yo si es noble, pero se agradece que hayas retomado el teclado. Abrazucos
ResponderEliminarGracias por volver por aquí, la verdad es que echaba en falta aporrear el teclado.
EliminarUn abrazo
Reflexionar en tinta...
ResponderEliminarBienvenido, Elvis.
Mil besitos y cuídate.
Reflexionar en tinta... pero sin gastarla jajaja
EliminarGracias por la bienvenida.
Besos.
Así es, en muchas ocasiones lo hemos visto en la gran pantalla (o en la pequeña) y estábamos de lo más tranquilos sabiendo que era ficción.
ResponderEliminarEso lo pensé también en estos últimos días.
De todas formas, este confinamiento hace que vuelvas a publicar, así que eso es una buena noticia. Bienvenido de nuevo.
Espero que estés bien.
Un abrazo.
Gracias por la bienvenida y por volver a pasarte por aquí.
EliminarBesos.
Pues las ciudades también son ciudades fantasmas. Cuando saco al perro por las mañanas parece que soy la única habitante, ni un coche, ni una persona, todo es silencio y quietud. Es una sensación extraña. No sabemos lo que va a durar, ni lo que pasará después, hay que vivir el día a día como si fuera el último...nadie sabe lo que nos espera a la vuelta de la esquina. Como en una película de terror.
ResponderEliminarBueno, al menos nos queda el poder escribir y comunicarnos por este medio.
Me alegro de tu vuelta. Se te echaba de menos
Un abrazo
Sí, con incertidumbre o sin ella, al menos podemos seguir haciendo esto que tanto nos llena.
EliminarGracias por la bienvenida, yo también echaba de menos leeros.
Besos.
hoy puse una foto parecida en la soledad de la misma...
ResponderEliminarvivimos en una película y mala.... saludos
Sí, la he visto. Por desgracia es un paisaje repetido en todas las localidades...
EliminarSaludos.
Si la cuarentena te animó a volver a escribir algo bueno nos trajo.
ResponderEliminarBueno, a ver si es verdad que es bueno jajaja
EliminarSaludos.
Alegra su vuelta.
ResponderEliminarSaldremos de ésta, seguro.
Y me alegra volver a leeros.
EliminarSaldremos, ninguna duda.
Saludos.
Algo que agradecerle a la pandemia (ojalá haya alguna cosa más, como que aprendemos las lecciones necesarias para el nuevo mundo que ya se inició) es que has reaparecido.
ResponderEliminarElvis, siempre hemos vivido en incertidumbre. Nunca sabemos qué pasará al minuto siguiente, en el que podríamos no estar ya vivos. Lo que pasa que crisis como ésta nos hacen tomar conciencia de la incertidumbre en que vivimos, nos desbarata la ilusión de control y predicción que tan seguros nos hacía sentir. Aquí en Chile (y en más países) vivimos esa sensación desde el estallido social de octubre, que hizo temblar el piso sobre el que nos asentábamos. La crisis del virus es otra demostración más, cierto que se cobra más vidas, pero es la vida recordándonos que no nos creamos sus dueños.
Escribo viendo la calle desierta y silenciosa, cuando dos semanas atrás escuchaba la música de una discoteca cercana y veía los diferentes tipos de clientela que tenía según el día. La ciudad se paró y a mí me parece más vivible así. Qué paradoja!
No me enrollo más. No te vayas a asustar y vuelvas a irte.
;)
Besos
Gracias por la bienvenida y tranquila, no me asustan tus ¨rollos¨jajaja
EliminarAsí es, aunque creamos que sí, no somos dueños de nuestro destino. Como dijeron en una película: "uno hace lo que puede hasta que su destino le es revelado"
Besos
En las ciudades el pulso no está parado del todo, se ve gente arriba y abajo entre los que van a comprar, a pasear el perro, o incluso a algunos de los trabajos permitidos, también los que pasan de todo y la cosa no va con ellos, gilipollas hay en todos lados. Será por que vivo en una calle comercial, pero movimiento hay, lo cual hace que me asome más ;)
ResponderEliminarUna pandemia da pie a muchas cosas, incluso a ser mejor persona y no te digo ponerse a escribir.
Y bien que lo has hecho.
Así me lo imagino yo, que haya comercio siempre genera algo más de movimiento, así que supongo que asomarse a la ventana puede hasta ser divertido...
EliminarGracias por el comentario y saludos.
Escribir es nuestra terapia!!!
ResponderEliminarSí, además una terapia muy creativa...
EliminarSaludos.
¿Vives en Italia?
ResponderEliminarYo vivo en una ciudad y a veces también me parece fantasma. A esta hora, por ejemplo, ni coches oigo. Eso sí, los pájaros no se han extinguido, los oigo claramente.
Besos
No, vivo en España, en Cantabria, pero tomé esa foto para ilustrar el post de internet. No, afortunadamente esos no se extinguen, siguen alegrándonos las mañanas...
EliminarBesos.
Donde yo vivo hay un imbécil que pone la música a todo volumen a partir de las ocho de la tarde, cuando la gente sale a aplaudir, y no te vayas a pensar que pone Dire Straits, no. Todo verbenadas. Total, que te lo cambio. Un saludo, Elvis!, tiempo llevaba sin verte el tupé.
ResponderEliminarPues no creas que en los pueblos no hay gente de esa, afortunadamente las casas están un poco más distanciadas, pero haberlos haylos jajaja Me alegra volver a leeros.
EliminarSaludos
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