miércoles, 15 de abril de 2020

La Lobotomía. III







En esta ocasión, voy a recomendar encarecidamente una lobotomía a guionista, director productor y difusor de la serie “Elite”. Sí, no quiero que ninguno de ellos se sienta discriminado, así que van todos en conjunto. ¿Por qué?...

Mi hija, de 15 años, llevaba ya una temporada dándome la brasa para que la descargara, o en su defecto que me afiliara a Neftlix, argumentando que todos sus compañeros la estaban viendo. Yo que soy, o intento serlo, buen padre, la descargué y ayer empezamos a verla. Ya había leído un poco de qué iba, y, para aquellos que no la hayan visto, es una mezcla de “Al salir de clase” y  “Hombre rico, hombre pobre”, con el misterio de un asesinato como tema central. Vamos, lo que uno podría interpretar como la típica serie para adolescentes…

Nada más lejos de la realidad. Todos los protagonistas cuentan en la serie con 16 años  y quizás sea un poco carca, pero me da en la nariz que su calificación de “para mayores de 13 años”, resulta un poco demasiado optimista y sólo he necesitado ver el primer capítulo para escandalizarme.

En los escasos 50 minutos que dura cada uno de los tres primeros capítulos, ya he visto a dos gays, uno de ellos camello y el otro consumidor, meterse mano a capricho, a una parejita copulando en las duchas de los vestuarios, a otra parejita alimentando el morbo de él de verla a ella con otro ocultándose tras una puerta, de verse cibernéticamente los tres sin saberlo y  masturbarse los tres al tiempo, y de, al fin, hacer un trío de manera física y tomarlo como modo de vida… todo ello aderezado con fiestas, drogas y borracheras a discreción y…, en fin, no sigo, más que nada porque no he visto más capítulos…

Sí, ya sé que los tiempos han cambiado y que no tienen nada que ver con lo que nosotros vivimos en esa edad, pero dígame usted, si no es algo excesivo para mentes menores de edad y totalmente prescindible, sobre todo en estos tiempos, en los que la juventud no necesita ningún tipo de ánimo para cometer excesos.




viernes, 10 de abril de 2020

Reto 5 Líneas. Abril.


Reto 5 Lineas de Adella Brac del mes de Abril.




Palabras a utilizar:  Estamos, idea y vino.


         A pesar del confinamiento vino a verme. Hizo caso omiso a mis indicaciones, sobre la mala idea de visitarme y hacer un viaje tan largo. Un riesgo innecesario, que seguramente pagaría con algo más que unos litros de gasolina. Cuando llegó y fue consciente de mi situación, y el contagio que con toda probabilidad sufriría, esbozó una sonrisa y abrazándome dijo:  Estamos juntos, eso es lo único que importa…”





lunes, 6 de abril de 2020

No sabría decir...



A lo lejos se podía ver a un hombre caminando por el lado derecho de la calle.

La calle estaba oscura, aunque no sabría decir si estaba oscura porque era de noche, o si la oscuridad se debía a la falta de bombillas en las dos únicas farolas que había en dicha calle… A pesar de la falta de luz, se podía distinguir la silueta de aquel hombre gracias a su extraño abrigo blanco, aunque no sabría decir si era extraño porque era blanco o si era extraño porque no era oscuro…

También le delataba, el chapoteo que acompañaba, cada paso que daba sobre el suelo mojado por la lluvia, y a medida que se acercaba, se iba haciendo evidente que disfrutaba de su paseo, nocturno o sin farolas, y que parecía dispuesto a cumplir con deleite a pesar de estar empapado. Y aunque no sabría decir si estaba empapado porque llovía o porque no llevaba paraguas, estaba claro que de haber tenido un paraguas también chapotearía al pisar el suelo, pero no podría llevar las dos manos en el bolsillo…

Y ajeno a la lluvia, disfrutaba de su paseo caminando despacio, con un ritmo lento. Un ritmo similar al que llevaría alguien que pasea por un museo mirando cuadros, sobre todo alguien a quien le gusta andar por los museos mirando cuadros, de lo contrario andaría más deprisa…

Y por más que lo observé, no sabría decir si caminaba despacio porque quería, o porque no podía andar más deprisa. Seguramente sería por el segundo motivo, pero no sabría decir si no podía andar más deprisa por alguna incapacidad física o porque se lo impedía el peso de su extraño abrigo blanco empapado por la lluvia por no tener paraguas. O por no haber querido salir de casa con su paraguas, para así poder llevar las dos manos en los bolsillos.

Sin embargo, aquel hombre llevaba las dos manos en el bolsillo, cosa que tampoco podría haber hecho, de tener que llevar un bastón para contrarrestar cualquier incapacidad física, que le impidiera caminar con normalidad. Aunque no sabría decir si dicha falta de bastón era propiciada por su falta de cojera… o porque no tenía bastón.

A pesar de caminar despacio, poco antes de que se cruzara conmigo, se cruzó con una farola. Más concretamente contra la farola, cayendo al suelo, donde no pudo apoyar las manos por no llevar paraguas y llevarlas en el bolsillo. No sabría decir si chocó con la farola por culpa de la oscuridad o porque no veía lo suficiente, bien porque no llevaba gafas, porque no las tenía, o porque no las llevaba puestas para evitar que se le mojaran por culpa de la lluvia…

Cuando llegué a su altura, su cara tenía un brillo especial, aunque no sabría decir si era por el efecto de la lluvia, o si era el reflejo de la farola que se encendió de golpe, o mejor dicho, por el golpe contra la cabeza del hombre del extraño abrigo blanco empapado con las manos aún en los bolsillos…

Le tendí mi mano derecha para ayudarle a incorporarse. Sacó su mano del bolsillo cubierta con un guante de cuero negro. Se incorporó y me dio las gracias, aunque no sabría decir si lo hizo por educación, o porque de verdad estaba agradecido. Y pude apreciar cuando siguió andando, que era un hombre de pocas palabras. Aunque no sabría decir si era de pocas palabras porque no le gustaba hablar con desconocidos, o si era de pocas palabras porque no sabía mi idioma…













jueves, 2 de abril de 2020

Visto en Twitter. III






Mire Usted, una donación es una donación siempre que el dinero, u objeto donado, llegue a su destino para algarabía y gozo del receptor de dicha donación. Cualquier otra interpretación que quiera usted darle, es pura demagogia...